
Los amores juveniles son así. Obsesivos , absolutos, a todo o nada, supuse que tenia que superarlo pero nada parecía cambiar, ella seguía en mi cabeza. La perseguía, la buscaba, me escondía, llamaba por teléfono, cortaba . Me sentía necesitado de su voz, de sus palabras, de sus miradas, de eso vivía. Del timbre de su voz, de un futuro ideal juntos, donde no existiera diferencia de nada. en mi cabeza podíamos ser felices y no entendía porque no se concretaba mi sueño.